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Las medidas proteccionistas (que en lugar de proteger al final desamparan a la mayoría de los pueblos) tienen por lo menos dos milenios y medio de implementación y consiguientes fracasos.

Cuenta Plutarco de Solón que vivió entre el siglo VII y el VI Antes de Cristo que prohibió la exportación de trigo para “proteger” al pueblo ateniense. El resultado fue la baja de la producción y el consiguiente hambre para gran parte de la población. Algo similar a lo ocurrido por el intervencionismo estatal en la Argentina hasta el 2015 que provocó el sacrificio de 12 millones de cabeza de ganado del stock del país y el encarecimiento de la carne, o la producción de trigo que fue la misma de la del año 1900. El intervencionismo estatal en la producción y comercialización ha sido siempre funesto en todas las épocas y en todos los lugares.

Más cercano en el tiempo: el proteccionismo (altos aranceles de importación, restricciones no arancelarias y prohibiciones) paralizó el comercio internacional durante toda la década de los años treinta del siglo pasado. El resultado final fue la Segunda Guerra Mundial.

Y como en la década de 1930, con la ley Smooth-Hawley de 1929, fue Estados Unidos el iniciador de la crisis. La actual política exterior del presidente Donald Trump, con el pretexto de proteger la industria norteamericana, está demostrando por estos días su fracaso total. La guerra comercial con China en la que todos pierden además de sus protagonistas (ya lo dijimos hace dos años) y la inadmisible guerra comercial con los países más estrechamente aliados (la Unión Europea, Canadá y México) está mostrando dos años después sus pésimos resultados.

Pese a la supuesta política de proteger a su país del presidente Trump Estados Unidos ha registrado el mayor déficit de su balanza comercial en los últimos diez años. En el 2018 el déficit llegó a los 621.000 millones de dólares. Las importaciones crecieron un 7,5 por ciento y las exportaciones un 6,3 por ciento. La guerra comercial con China también mostró sus cifras: el déficit norteamericano con el país asiático fue de 539.500 millones de dólares. Han crecido las compras justamente provenientes de los países con los cuales se inició el enfrentamiento: China, la Unión Europea y México. Todo esto a pesar de la elevación de los aranceles y las restricciones no arancelarias que se han estado aplicando. El déficit con México es de 346.500 millones de dólares. ¡Pensar que hay mexicanos que se quejan del acuerdo con el “imperialismo norteamericano”!

Ojalá el imperialismo se acuerde algún día de la Argentina.

Fuente: Prof. Carlos Canta Yoy – todocomex.com