El pasado 5 de agosto se llevó a cabo la reunión ministerial del Grupo de Trabajo de Economía Digital del G20 en la ciudad italiana de Trieste donde se debatió sobre las oportunidades y desafíos de la digitalización.
Si bien en la última década se venía observando una tendencia creciente hacia la digitalización de la economía, durante la pandemia del COVID-19 este proceso se aceleró de manera significativa en todo el mundo por las restricciones a la circulación. Hacia delante, la digitalización continuaría expandiéndose ya que, además de ofrecer oportunidades económicas y simplificar procedimientos de la vida cotidiana, contribuye a la sostenibilidad del planeta que es un componente central de la agenda política internacional.
Sin embargo, las oportunidades que otorga la economía digital también vienen acompañadas de desafíos relacionados con la necesidad de adaptación de las empresas y los trabajadores, el cierre de la brecha digital, y el fortalecimiento de la respuesta ante las amenazas a la seguridad digital.
La declaración conjunta final de los ministros se dividió en dos ejes: economía digital y gobierno digital.
Economía digital
El G20 reconoce como «urgente» la necesidad de acelerar la transformación digital y cosechar sus beneficios, al tiempo que se abordan los desafíos a futuro. En particular, declara la importancia de aplicar políticas que fomenten una economía digital «habilitadora, inclusiva, abierta, justa y no discriminatoria», otorgando impulso a las nuevas tecnologías y avanzando la prosperidad de las empresas y los emprendedores.
En este sentido, el G20 enfatizó la necesidad de estimular la difusión de la digitalización a toda la economía, concentrándose en mejorar el alcance a los actores con menor llegada: empresas PyMEs, países en desarrollo y menos desarrollados, y sectores menos favorecidos. Para ello, las políticas deben incentivar las inversiones en capital humano, desarrollo de capacidades. alfabetización digital y habilidades para permitir que trabajadores, gerentes y emprendedores se adapten a la digitalización y a las nuevas formas de empleo.
Uno de los aspectos que el G20 está interesado en promover es la inteligencia artificial que, en general, aún tiene baja adopción por parte de las empresas. Para ello, las políticas deben crear un entorno empresarial receptivo a esta tecnología a través de estándares y regulaciones ágiles que favorezcan tanto la experimentación como la inteligencia artificial responsable.
Por último, el comunicado promueve el libre flujo de datos a través de las fronteras, la cooperación internacional en el desarrollo de datos y estudios de impacto de la economía digital, y la creación de entornos regulatorios que protejan a los consumidores.
Gobierno digital
El G20 consideró que, para promover y acelerar la transformación digital, los gobiernos no sólo deben actuar como reguladores y facilitadores de la tecnología, sino también transformar la manera en la que funcionan. Los «gobiernos digitales» deben proveer servicios digitales proactivos, fáciles de usar y pensados en los usuarios (ciudadanos y empresas), y a la vez mantener el acceso a las formas tradicionales de servicios públicos para aquellos que no se adaptan a las nuevas tecnologías.
Un ejemplo es la «identidad digital». Durante la pandemia, el desarrollo de la identidad digital permitió a muchos gobiernos ofrecer servicios de manera remota que no hubieran sido posibles en el marco de las medidas de confinamiento. Sin embargo, esta técnica debe ser utilizada con total consentimiento de los usuarios y no debe reemplazar completamente otras formas de acceder a los servicios de gobierno.
En términos generales, la digitalización y la innovación tecnológica están planteando nuevos desafíos regulatorios y de gobernanza para los gobiernos. Esto se debe a que la evolución de los cambios tecnológicos obliga a implementar regulaciones ágiles que puedan adaptarse a medida que surgen nuevas tecnologías que proponen nuevas realidades.
Fuente: Instituto de Estrategia Internacional de la CERA