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Surge de un reporte del BID, en el que analiza la performance delos países de América latina. Define que la región tiene un perfil exportador “poco sofisticado”. Argentina, uno de los más cayó en el índice de calidad desde 2014.

Muchas veces en economía hay más de una manera de leer las estadísticas, y es lo que parece estar ocurriendo hoy con los datos de comercio exterior de la región. Es que tras cuatro años consecutivos de contracción, el valor de las exportaciones de América latina y el Caribe se incrementó 12,2% en 2017 y se mantuvo en terreno
positivo en la primera parte de este año, aunque en el primer semestre de 2018 se observa una desaceleración del crecimiento hasta llegar a 9,7%.

Los datos surgen del Monitor de Comercio e Integración 2018, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que en esta ocasión se centró en aspectos más bien cualitativos de los flujos comerciales a nivel global.

El informe titulado “El salto de calidad: la sofisticación de las exportaciones como motor de crecimiento” busca identificar los factores que están detrás del crecimiento reciente de las exportaciones, explicado mayormente por los precios de algunos recursos naturales como el petróleo o los granos.

Al mismo tiempo, analiza los riesgos que amenazan la sostenibilidad del sistema, y dibuja un mapa de la sofisticación de la oferta exportable, junto a los principales desafíos de la región para posicionarse en los segmentos más rentables del comercio global.

El documento precisa que “desde el principio del año los factores que sostuvieron el cambio de tendencia empezaron a debilitarse, poniendo en evidencia la vulnerabilidad de la región a dinámicas externas y realzando la necesidad de diversificar la oferta exportable”.

Éste es el mayor desafío que enfrenta la región y supone una jugada que excede la agregación de valor como se entiende en el sector industrial, sino que hace también a normativas y pautas regulatorias, así como a la calidad de los mercados y la facilitación de los procesos, que contribuyen todos a la mejora de la competitividad.

“Los mayores riesgos del comercio para la región hoy provienen de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una desaceleración de la demanda a nivel mundial y particularmente en la región, y baja de los commodities agrícolas, del acero y otros productos por el fortalecimiento del dólar”, destacó Paolo Giordano,
coordinador de la investigación, en diálogo con El Cronista.

El especialista italiano agregó que en el plano financiero, se dio “un cambio de política monetaria de Estados Unidos (suba de tasas), asociado a la reforma fiscal y a los problemas económicos en Europa, que han generado una presión a la suba del dólar, con impacto (negativo) sobre la cotización de varias materias primas”.

Pese al incremento de las exportaciones de los países de América Latina y el Caribe desde 2017 a esta parte, la región continuó perdiendo cuotas de mercado en la propia región a manos de competidores extra regionales. Un síntoma de la pérdida de exportaciones comercio exterior BID competitividad de la economía regional, que denota la ampliación de la brecha de calidad con los países líderes en la materia.

La crisis local

En el caso de la Argentina, el informe destaca que en 2017 las exportaciones totales registraron un incremento de 0,9% interanual, mientras en el primer semestre de este año la mejora alcanzó al 5,5% comparado con el mismo período del año anterior.

En el desagregado por grandes rubros, las exportaciones están equilibradas entre los Productos Primarios (PP), Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) y Manufacturas de Origen Industrial (MOI), divididos en tres tercios similares en volumen.

El tema se complejiza cuando se analiza el perfil de las exportaciones. “El 80% de las MOI son de calidad media alta, mientras que en MOA 70% son de calidad baja, y en PP 50% son de media y media baja”, destaca el informe. Y otro dato preocupante. Para los analistas del BID “Argentina fue uno de los países que registró la mayor disminución de calidad en su canasta entre 2010 y 2014 (-5,8%),  principalmente por cambios en la composición”. Los otros fueron Paraguay (-8,6%) y Surinam (-6,6%).

Giordano reconoció también que, en alguna medida, la crisis de Argentina “contribuyó a la desaceleración de la economía de toda la región”, lo mismo que en el caso de Brasil, que por ser países grandes “absorben mucho de la demanda de la misma región y obviamente, tienen un impacto”.

Fuente: cronista.com