El presidente argentino, después de una conversación telefónica con el electo presidente de los Estados Unidos, anunció la posible concreción de un acuerdo de libre comercio entre ambos países. ¿Es esto posible?
En las relaciones políticas todo es posible. Pero nos parece que no es muy probable. Y ello por varias razones. Una de ellas es la marcada oposición de Donald Trump en su anterior gobierno y en sus declaraciones actuales a la firma de acuerdos preferenciales. Sus manifestaciones contrarias radican principalmente en su relación con México, lo cual, es cierto, lo son por razones muy especiales debido a la larga frontera entre ambos países y al comercio favorable al país latinoamericano con su vecino del Norte.
Ya en 1990 el presidente George Bush (padre) lanzó la idea de la Iniciativa para las Américas, es decir, una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego. Si bien, en general, la idea fue bien recibida en América Latina. Posteriormente, el presidente Clinton rebautizó la Iniciativa llamándola ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas). Con el paso del tiempo y el cambio de signo ideológico de los gobiernos, la iniciativa se debilitó y en 2005 terminó en un fracaso. Es de recordar que ello ocurrió puntualmente en Mar del Plata en la reunión de presidentes de América con la contracumbre en la que el muy exitoso entonces presidente de Venezuela, el coronel Chávez, pronunció la famosa frase: “¿ALCA? ¡Al carajo!”.
A partir de entonces los Estados Unidos han estado realizando el ALCA por otros caminos: los acuerdos bilaterales generalmente, aun cuando también se han firmado acuerdos multilaterales como el CAFTA con los cinco países centroamericanos y la República Dominicana.
Muchos observadores se preguntan si un tratado de libre comercio con la primera potencia mundial sería conveniente. En lo previo nada es conveniente ni inconveniente. Todo depende de lo que se firme y de los compromisos que asuman cada una de las Partes. En primera instancia realizar un acuerdo con Estados Unidos puede ser en principio muy beneficioso para la Argentina. Se trata de un país que es el mayor importador y proveedor de capitales e inversiones en todo el mundo. Por supuesto, nada despreciable entonces. Es cierto que algunos sectores de la producción y la industria argentina pueden verse perjudicados. Eso ocurre cuando se firma cualquier tipo de acuerdo de libre comercio con cualquier país del mundo. El punto es que los beneficiados, especialmente el país todo, sean la mayoría.
Autor: Carlos Canta Yoy
Fuente: todocomex.com