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Argentina tiene en vigencia con varios países miembros de la ALADI (Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay) sendos acuerdos de libre comercio en el marco de la integración regional. El más antiguo de ellos es con Brasil (se firmó en la segunda mitad de los años ochenta del siglo pasado) acuerdo que tiene ahora treinta años de firmado. En ese acuerdo como en el acuerdo con México se pactó en su momento que habría en el futuro libre comercio entre los productos del sector (unidades terminadas, partes y piezas, repuestos, etc.). Los plazos han vencido y se han renovado algunas veces.

En las dos semanas pasadas todos los interesados en el sector automotor hablaban del vencimiento del acuerdo con México. Más que de su vencimiento  (expresión incorrecta) deberíamos hablar que en la fecha prevista hace unos años debería haber libre comercio en el sector: 18 de marzo de 2019). Los plazos para el libre comercio se establecen varios años antes como para que las industrias respectivas de los países se preparen para la libre competencia. Argentina nunca parece estar preparada. Así es que el verbo “prorrogar” es el que más hemos conjugado en la integración latinoamericana. Hemos prorrogado casi todo por no decir “todo”.

Nuestra industria, en general, no parece estar preparada para el libre comercio. Y verdaderamente, no lo está. Los motivos son diversos y excede la presente nota explicitarlos uno por uno. El hecho es real: no estamos preparados. Entonces, prorrogamos. Es de recordar que el acuerdo original con México es del año 2003.

Ahora el plazo para el libre comercio automotor con México será dentro de tres años: el 18 de marzo de 2002. Para vehículos existirá un cupo de 701 millones de dólares. Todavía no ha sido publicado en la página web de la ALADI el correspondiente Protocolo Adicional al AAP.CE/55 como se identifica al Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica No. 55 sobre industria automotriz firmado por los cuatro países del Mercosur y México.

Con el mismo plazo de días pasado también se operaba el libre comercio entre Brasil y México. Pero en este caso todo fue diferente. Desde esa fecha habrá libre comercio entre ambos países.

Los costos de producción en México son un 30 por ciento menores que en los dos países sudamericanos. Esa es la gran ventaja mexicana y ésa es nuestra gran desventaja para poner en vigencia un día el acuerdo automotor.

Fuente: Prof. Carlos Canta Yoy – todocomex.com