Tres pre candidatos a presidentes que debaten sobre cuestiones de seguridad, inflación y dolarización, pero no aparece mucho el comercio exterior. Es por ello, que resaltamos la presentación que hizo la Cámara de Exportadores de Argentina (CERA) de una “Estrategia Nacional Exportadora”, que aborda los aspectos fundamentales para un éxito sostenible en el comercio global. Este documento, incorpora más de 140 propuestas técnicas destinadas a áreas claves del gobierno, más allá de quien resulte ganador de las próximas elecciones. Indican desde la CERA que esta iniciativa, concebida como un marco integral y estructurado, busca establecer una visión de crecimiento a través del sector externo, basada en diagnósticos realistas y datos objetivos.
Fernando Landa, presidente de la entidad – en la foto arriba- encabezó la presentación y en ese sentido señaló: “Desde CERA, entendemos que, además del equilibrio macroeconómico y fiscal, y un entorno productivo favorable, Argentina necesita una visión a largo plazo que trascienda las políticas coyunturales para ordenar el crecimiento a través del sector externo a nivel país. No un plan coyuntural, sino una Estrategia Nacional Exportadora que se basa en diagnósticos reales e indicadores objetivos de fuentes confiables, no de expresiones voluntarista”.
El aporte técnico de este informe, basado en datos duros y mejores prácticas internacionales, considera asimismo los desafíos específicos de nuestro país, agrupados en 6 pilares: Relacionamiento externo, impuestos y restricciones a las exportaciones, facilitación del comercio, logística, financiamiento e inteligencia y promoción comercial.
Un tema que se destaca, es el estancamiento de las exportaciones argentinas en los últimos 16 años, aun en un contexto de aumento del comercio internacional. El dato es que lo largo de los años, el país ha perdido participación en el comercio internacional, pasando del 0,52% en 1998 al 0,34% en el 2022, con un pronóstico para el 2023 menor al 0,25%. Parece quedar lejos la percepción de “granero” o “supermercado” del mundo. “Agregado que Argentina ha perdido participación en las importaciones de Brasil, su principal socio comercial (del 14% en 1996 al 5% en 2022)”, dicen.
Y siguiendo en línea decreciente, las empresas que exportan también van hacia abajo. El dato es que aquellos que venden al exterior se redujeron en 1/3 en los últimos 15 años, con una preocupante baja en la tasa de natalidad de exportadores. Asimismo, la participación de las Pymes en la exportación ha caído al 7%, el valor mínimo de la última década, mientras que en los países en desarrollo representan en promedio el 18% de las ventas externas.
Sumado esto, señala el trabajo que el país pasó de participar en el 16% de los acuerdos vigentes en 1991 al 2% en 2023 (70% del comercio mundial se efectúa en cadenas globales de valor que se montan sobre acuerdos de comercio e inversión) y ha perdido oportunidades para captar flujos de inversión extranjera directa.
También se puntualiza sobre el faltante de divisas. “Cómo medida fundamental, habría que autorizar un mínimo de 25-30% de libre disponibilidad de divisas generadas por las ventas de exportación, más el 100% de lo que supere el monto facturado en 2022”, dice el informe. A esto propone sumar esquemas promocionales de libre disponibilidad para ciertas actividades que requieran de inversión intensiva o adecuación para el cumplimiento de metas de reducción de emisiones para acceder a mercados.
Entre otras cuestiones que aborda la Estrategia Nacional Exportadora, se encuentran la situación geopolítica actual, el futuro del Mercosur, el acuerdo Mercosur-UE, propuestas de negociaciones a nivel Mercosur y bilateral, alineamientos en ámbitos multilaterales, retenciones, restricciones cambiarias, medidas de facilitación del comercio, institucionalidad y transparencia, Puerto de Buenos Aires, Hidrovía y VNT, y opciones de financiamiento y promoción comercial.
Además, desde la CERA enfatizaron la importancia de establecer la Estrategia Nacional Exportadora desde la máxima instancia de la Presidencia por dos razones: en primer lugar, señala que requiere de una perspectiva integral de gobierno que incluya objetivos claros, metas definidas, asignación de responsabilidades, seguimiento de acciones y una coordinación efectiva de los diálogos con el sector privado. Este enfoque garantizará una ejecución eficiente y una alineación precisa con los intereses nacionales en materia de exportación.
En segundo lugar, resalta que por ser esencial optimizar la coordinación entre diversas áreas y agencias gubernamentales que, aunque no tengan exportación como su único objetivo, desempeñan un papel fundamental en la actividad exportadora. Esto incluye instancias como la Jefatura de Gabinete Económico, Cancillería, Salud, Producción, Agroindustria, Ambiente y Desarrollo Sustentable, Transporte e Infraestructura, Ciencia y Tecnología, entre otras. De esta manera, se evitará la atomización y la descoordinación entre agencias.
«Confiamos en que una mayor comprensión de los desafíos que afronta nuestro país, y la adecuada ejecución de la Estrategia Nacional Exportadora, contribuirán al crecimiento económico, la generación de empleo y el progreso en este nuevo período democrático.» concluyó Landa.
Fuente: Megatrade
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